Uqui Permui, Compostela, ouro, verde e negro, roda cromática

¿De qué color es Compostela?

Decía Luís Seoane que «cada libro tiene una historia que contar, independiente del tema que trate, una historia referida a su edición», y así es, normalmente una historia invisible. En este caso, Oro, verde y negro… surge de una propuesta del Consorcio de Santiago de Compostela para crear un libro sobre Santiago de Compostela a partir de dos relatos —fotográficos y escritos— hechos por varios autores de referencia. Un primer paso fue analizar el material, y encontrar un punto común entre ellos, así, bajo cada palabra e imagen, descubrí la vivencia que cada uno tiene con la ciudad, por lo que pensé que la mejor forma de participar en el libro era unirme a ese crisol de experiencias y sensaciones, y mostrar mi visión de Compostela. Santiago es hermosa de noche y de día, con sol y con lluvia… la piedra la recubre como una piel que muda dependiendo de la luz, y nunca la encontrarás con el mismo color, por eso es tan especial, y tan interesante descubrir… solo cuando la recorres de noche bajo la lluvia, puedes quedarte prendida por las luces centelleando en el suelo, como muestran las fotos de Peitavel, o solo cuando despiertas antes que la ciudad, puedes descubrir como brilla el blanco de las pocas paredes pintadas, o el sonido de las primeras sillas que salen de los bares para recibir al visitante y el dorado de las piedras con los primeros rayos… Las fotografías de Tono, Peitavel y Adolfo me empujaron a ver la ciudad desde otra perspectiva, subí a la Torre da Carraca, y allí, desde la estructura montada para restaurarla, contemplando las líneas que construyen el plano de la ciudad y recibiendo la información que me enviaban las células fotorreceptoras, pensé en contar, uniéndome a sus relatos visuales, como cambia de color la ciudad, intentar analizar su círculo cromático, con sus múltiples matices. Y así, por arte de magia, todas las historias que tenía sobre la mesa, se fueron ordenando para crear este libro. Oro, verde y negro, como recordaba Seoane desde Buenos Aires «y allí entre las viejas piedras cubiertas de líquenes, oro, verde y negro, las fachadas románicas y barrocas, lluvia y niebla, se encendieron mis primeros sueños […]» y se dio la casualidad que leía esto mientras pensaba en los colores de Compostela, estoy de acuerdo contigo Seoane… oro, verde y marrón casi tirando a negro. Ver a publicación
Uqui Permui